miércoles, 28 de noviembre de 2007

Llego el momento.

El pasado jueves fue el día que todos en el curso de Didáctica de la Estadística estábamos esperando, con ansias y temores provocados por comentarios de compañeros, para el único certamen de la asignatura. Este se realizó en condiciones muy particulares como la sala utilizada, que no era para tal fin, y entre las reglas y advertencias (que sonaban como ultimátum) impuestas por la profesora, las que consistían básicamente que bajo la más mínima sospecha de apropiación indebida de conocimientos seriamos retirados del certamen. Estos dos factores generaron en cada uno de nosotros una presión que sumada a la de una evaluación final no nos permitían siquiera levantar la cabeza o sentarnos de forma relajada, como debiese ser en una evaluación escrita para la comodidad de los estudiantes y así beneficiar al correcto desarrollo de la prueba .
Tema aparte es la evaluación escrita a la cual nos vimos enfrentados, una prueba que se basaba totalmente en la capacidad de retener conceptos, elementos e ideas expresadas por varios autores en los textos estudiados, además, el certamen era consistía en 25 preguntas con alternativas, lo que impedía cualquier tipo de reflexión o construcción de conocimientos, con conceptos y frases sacadas textualmente de los textos. Lo que me llama la atención es la desconexión entre los trabajos impulsados por la profesora en las clases, como los talleres, prácticos y los desaparecidos análisis de textos, y el tipo de evaluación, que no representa una medición de las actividades y aprendizajes obtenidos en el semestre.
Sólo resta esperar que las lecturas que realice a todos los documentos den frutos en la calificación del certamen, aunque mi fuerte no es la memorización ni retener conceptos textuales, que fue lo que midió este certamen ajeno a las prácticas tratadas en clases y a las dimensiones cognitivas que se desarrollaron.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

¿Se cierra el ciclo?

Al cerrar mi primer curso de didáctica, “Didáctica de la Estadística”, tengo más dudas que cosas claras (al parecer ese era el objetivo de la profesora, y lo logró), no lo dijo de forma despectiva, sino que este curso que cierra el ciclo de estadística como disciplina en mi carrera me mostró brevemente un gran número de contrastes con los cuales debo saber tratar para ejercer como profesor de matemática en un futuro próximo. Como por ejemplo la dicotomía entre los conocimientos adquiridos en la universidad y los que tendré que enseñar en los liceos o escuelas, traspasar los Saberes Sabios que tanto me han costado comprender, que se caracterizan por ser teóricos y de elevada abstracción, a un Saber Escolar en su esencia práctico, que vivencié como estudiante por 12 años pero ahora como profesor me cuesta relacionarlo. Además me cuestiono qué tan importante será el manejar una gran cantidad conocimientos a nivel “alto” para la Educación Media, que en tal contexto jamás se utiliza, en vez de analizar y comprender cabalmente los conocimientos pertinentes al nivel escolar para poder enseñarlos de forma más práctica, contextualizada, personalizada y temporalizada, como probabilidad, aleatoriedad, tablas, gráficos y diagramas (como el de árbol y de caja, que aparecen reiteradas veces en los programas de estudio), uso de programas computacionales en estadística, inferencia estadística, ley de los grandes números, entre otros, que en el supuesto de que si tuviese que hacer clases en este momento no me sentiría preparado.
Otras dudas que me surgen son sobre las materias tratadas en el curso, como si la estadística es una ciencia o es una rama de las matemáticas, yo me he inclinado por la primera y a través del curso lo he reafirmado pero el que no exista un consenso a nivel general es algo que me inquieta debido a que significa las bases para la enseñanza de cualquier disciplina. Algo similar ocurre con el concepto de aleatoriedad, que de tantas definiciones obtenidas las aproximaciones más cercanas se tornan filosóficas.
Pero mi mayor interrogante y preocupación en estos momentos es sobre el certamen de este curso, y de ahí esperar las notas finales para saber si aprobé… o no. Las impresiones de tal certamen se las daré pronto.

martes, 13 de noviembre de 2007

Dando vueltas al dado...

Cuando pienso en la historia de las matemáticas no me resulta difícil imaginar a los grandes sabios realizando conjeturas y nuevos teoremas, debido a que la mayoría de los estudios son a nivel intangible, abstractos, al igual que los elementos involucrados, como los números complejos, vectores dimensionales, integrales, entre otros, que son entendibles en un contexto determinado. Sin embargo, al pensar en el estudio de fenómenos aleatorios cuesta acostumbrarse a la idea de analizar experimentos sencillos y comunes desde antes de Cristo hasta nuestros días, como el resultado del lanzamiento de dados, del cual se cree que los árabes fueron los pioneros, incluso, “que la palabra azar provenga de la palabra árabe zahr, flor del naranjo con la que representaban el as en uno de los lados del dado” (http://w3.cnice.mec.es/recursos/bachillerato/matematicas/probabilidad/index.html), y el uso de los mismos elementos, dados, monedas, naipes y fichas, detrás de las cuales provienen los conceptos: probabilidad, variable, sesgado, combinaciones, arreglos, permutaciones, reemplazamiento, error, variabilidad, entre otras, en el vigente intento por minimizar el margen de ignorancia y comprender lo que esconde el azar, como señala Poincaré: “el azar no es más que la medida de nuestra ignorancia” (La aleatoriedad, sus significados e implicancias educativas. Batanero C., Serrano L.).
Inevitablemente, a medida que pasan los años y con el desarrollo de investigaciones han nacido nuevos conceptos y se han formalizado procedimientos que ayudan a dilucidar con mayor precisión los resultados, como el “Reparto de las apuestas” de Filippo Calandri, nacido en Siena hacia el año 1467, expuesto en http://w3.cnice.mec.es/recursos/bachillerato/matematicas/probabilidad/index.html que dice: “Dos personas juegan a la palla grossa (Juego de pelota, antecedente del tenis), de forma que gana el juego el primero que consiga seis victorias. Por azar, cuando uno de los dos ha ganado 5 veces y el otro 3, explota la pelota y es imposible terminar el juego. Se quiere saber qué parte de la apuesta inicial le corresponde a cada uno”. Donde Luca Pacioli (1445-1514), Nicolo Fontana (1500-1557), Pascal y Fermat lo trataron, y, finalmente, se sugiere la ayuda de un diagrama de árbol.
Como hemos visto el estudio de probabilidades posee una larga historia y muchas evoluciones que la posicionan como parte importante de la estadística, por lo cual su estudio debe significar un hecho relevante en el descubrimiento de la realidad que se niega a ser vista, como señala Rtuparna, un personaje de la epopeya india Mahabarata (400 d.C), “Yo de los dados poseo su ciencia, y así en los números diestro soy”.